Soñé que interrumpían la programación de radio y televisión para hacer un anuncio urgente: por causas aún incomprendidas, los científicos habían descubierto que en menos de 48 horas se iba a terminar para siempre la fuerza de gravedad. Eso significaba el fin de todo, un fin que no teníamos ni idea de que tan caótico, doloroso o largo podría ser. Al principio había gente corriendo y la ciudad estaba colapsada, pues todos querían ir a ver a sus seres queridos para poder pasar con ellos los últimos momentos. Yo iba a la casa de mis papás. Me fuí en camión porque era la forma más sencilla de llegar. Resulta que los científicos habían calculado mal el momento del fin de la gravedad y sucedió en el trayecto de donde me bajé del camión a casa de mis papás, que son un par de cuadras. Todo y todos despegábamos del piso y salíamos volando hacia el cielo como un globo que se escapa de las manos, y en ese momento mi preocupación era que tanto iba a tardar en morirme, si iba a chocar con algo y quedar inconciente, si me iba a desmayar por falta de oxígeno, o hasta donde podía llegar el cuerpo de un ser humano en el espacio.
-Ramona
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